viernes, 8 de julio de 2011

Encuentros de Familia "Ciudad de la Paz"

En el V Encuentro mundial de las familias:"Su Santidad el Papa Benedicto XVI hizo un llamamiento a todas las familias del mundo, a que no caminemos solas, a que no crezcamos solas. ¿Por qué?, porque somos débiles, porque somos presa fácil para una sociedad actual que vive grandes momentos de desafío".Estas palabras del Papa pronunciadas en Valencia, España son de plena actualidad tambien hoy. Entre los dias 2 y 4 de octubre de 2009, el Señor ha gestado una respuesta a esta llamada de la Iglesia. Se ha celebrado en el Monasterio de la Trinidad, en Muchamiel, Alicante, el primer Encuentro de Familias, bajo el lema "Construyendo bases sólidas".Tiempos de oración personal y comunitaria, se han alternado con otros de compartir la mesa y sobremesa fraterna con la presencia y la enseñanza en momentos concretos, del padre Alberto María, abad del Monasterio."Pueden participar en los "Encuentros de Familias" que tenemos programados, pues todas aquellas personas que quieran y deseen de verdad buscar, en primer lugar la verdad, vivir en paz, en armonía, al estilo que nos marca la Sagrada Familia de Nazaret".Los niños han tenido sus propios espacios de formación y esparcimiento. Los dos matrimonios coordinadores subrayaron la misión de este nuevo espacio de encuentro, donde familias de diversa índole y procedencia, puedan compartir, enriquecerse mutuamente y crecer y madurar espiritualmente.www.cetelmon.tvwww.fmdelapaz.org

miércoles, 3 de marzo de 2010

UNA PEQUEÑA JOYA DE VÍDEO

Matrimonio, la aventura de una vida.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Los padres, los protagonistas naturales más inmediatos en la tarea educativa

Una auténtica y efectiva educación requiere necesariamente la existencia de una auténtica y efectiva intimidad


La familia es el ámbito más próximo, tanto biológica como espiritualmente hablando, de la persona humana individual y concreta, a la cual pertenece primariamente la titularidad de los derechos de índole natural. La conveniencia de comprender esta tesis resulta en la actualidad tanto más clara cuanto que no es lícito desconocer que hoy por hoy se ataca a la familia desde muy variados frentes y que existe, por otra parte, una fuerte tendencia a absorber los derechos de la persona humana individual en los cometidos propios de la sociedad en su conjunto y del Estado como su gestor y promotor.

La tarea educativa encuentra sus protagonistas naturales más próximos o inmediatos en los padres, porque éstos son, por principio, quienes más cerca se hallan de quien tiene el derecho a ser educado. En la vida de la familia este derecho coincide con un deber de los padres como responsables primarios de la formación de sus hijos. Pero adviértase que, al hacer esta afirmación, no pretendemos estar tratando de la actividad educativa como un complemento natural de la generación de la prole. De este aspecto ya hemos hablado en otro artículo. Ahora se trata, tan sólo, del argumento basado en la máxima proximidad existente, en el caso de los padres y los hijos, entre el educador y el educando. Queremos decir, en suma, que el primer titular del derecho a ejercer la educación es quien tiene la mayor proximidad respecto de quien posee primariamente el derecho a que se le eduque.

Y se trata, sin duda, de una proximidad que alcanza el grado de la intimidad. No es tan sólo, de hecho, una cercanía física, ni ésta representa propiamente la única ni la mejor forma de estar próximos los hombres entre sí. El hogar, la familia, constituye indudablemente un cierto ambiente físico en el sentido más material y topográfico de la palabra; pero no es ese su sentido fundamental. Más decisiva es la proximidad de carácter biológico y, sobre todo, esa cercanía de los espíritus en que la esencia de la intimidad consiste.

Una auténtica y efectiva educación requiere necesariamente la existencia de una auténtica y efectiva intimidad. Naturalmente, estamos tomando aquí la educación, no en el mero sentido de lo que se llama la instrucción o enseñanza, sino en sus más hondas dimensiones, que sin duda son las formativas. Hablamos, en una palabra, de la educación como formación de la persona en sus más altos valores. Pues bien, tal formación exige la máxima intimidad entre el educador y el educado: la que puede y debe darse, por principio, en el ámbito familiar.

En relación con ello, no parece que resulte improcedente, sino muy oportuno, el tener en cuenta las graves deformaciones y trastornos mentales dimanantes, a la corta o a la larga, de que los hijos, sobre todo en los primeros años de su vida, no sean tratados suficientemente por sus padres. Tales deformaciones y trastornos son sencillamente el resultado de la falta de una intimidad indispensable para la salud mental del educado. Y todo esto quiere decir, por tanto, que no son suficientes los cuidados físicos y las demás atenciones que los hijos pueden recibir fuera del seno de la vida de la familia.

La intimidad compartida es la condición indispensable para poder superar el egoísmo. Es ésta una condición que representa el más primario elemento en la formación moral del ser humano. Incluso cabe decir que toda la formación moral no es otra cosa sino el proceso en el que se va desarrollando la superación del propio yo y de sus exclusivos intereses meramente particulares. Hoy se habla mucho de la necesidad de realizarse pero tal vez se olvida que la realización de la persona es un continuo abrirse a los horizontes que gradualmente trascienden la vinculación al propio yo.

En la intimidad de la familia comienza el aprendizaje de la virtud de la solidaridad. Claro que la necesidad de esta virtud para el íntegro desarrollo de la persona humana puede y debe justificarse con razones de valor objetivo, y ello de tal manera que la solidaridad no se convierta en un puro y simple sentimiento, por muy generoso que éste fuera. Pero es un hecho innegable que, tanto en esta virtud como en las otras, el ejemplo puede más que las palabras. De ahí que el calor y la fuerza del ejemplo que constituye la íntima solidaridad de la familia no puedan ser reemplazados por argumentos abstractos que no poseen el apoyo de una experiencia iniciada en los primeros años de la vida.

Un «máster» para novios, la última propuesta de Benedicto XVI


El Papa propone un «itinerario de formación» de las parejas con vistas al matrimonio

Un «máster» para novios, la última propuesta de Benedicto XVI
El nuevo proceso de formación incluirá un examen de los novios, una catequesis sobre el matrimonio y un retiro.

Llega San Valentín con su amor de un día cuando, en realidad, los jóvenes lo que necesitan es conocerse mejor y descubrir – los esposos de largo recorrido lo saben bien– que el amor verdadero hay que cuidarlo y trabajarlo a diario. La Iglesia, que siempre ha mostrado interés por la formación de los jóvenes para la vocación matrimonial, prepara, a través del Pontificio Consejo para la Familia, un documento destinado a mejorar la formación de los que se van a casar.
Así lo hizo saber el pasado lunes Benedicto XVI, que adelantó que esas novedades incluirán un «examen de los novios, previsto por el Derecho Canónico», «una catequesis sobre el rito del matrimonio y su significado» y un «retiro espiritual». El vademecum, explicó el Papa, estará inspirado en la idea de Juan Pablo II, que afirmaba que dicha preparación «comporta tres momentos principales: uno remoto, uno próximo y uno inmediato».
«La preparación remota –dijo Benedicto XVI– tiene por objeto a los niños, adolescentes y jóvenes. Implica a la familia, a la parroquia y a la escuela, lugares donde se educa a entender la vida como vocación al amor, que se especifica más tarde en la modalidad del matrimonio y de la virginidad para el Reino de los Cielos», explicó. En esa etapa «debe emerger progresivamente el significado de la sexualidad como capacidad de relación y energía positiva que hay que integrar en el amor auténtico», subrayó.

Las etapas más importantes
La preparación próxima –quizá la más descuidada, hoy por hoy– «está dedicada a los novios, y tendría que configurarse como un itinerario de fe y vida cristiana que lleve a un conocimiento profundo del misterio de Cristo y de la Iglesia, de los significados de la gracia y de responsabilidad del matrimonio. Es deseable presentar un camino de catequesis y experiencias vividas en la comunidad cristiana que prevea intervenciones de sacerdotes y expertos, parejas de matrimonios cristianos, en un clima de amistad y oración». Asimismo, explicó el Papa, hay que «prestar atención particular a que en esa ocasión los novios reaviven su relación personal con Jesús, especialmente escuchando la Palabra de Dios, acercándose a los sacramentos y sobre todo participando en la eucaristía», añadió.
Por último, el Papa citó la «preparación inmediata» que tiene lugar en la «proximidad del matrimonio» e hizo referencia a una «catequesis sobre el rito del matrimonio», a un «retiro espiritual» y a una «atención al rito para que la celebración se perciba como un don para toda la Iglesia».

Un curso muy especial
Gift&Task es una Fundación creada para contribuir a la promoción y defensa del matrimonio y la familia. «Vimos que había un vacío en la cuestión de formación de los novios, especialmente en las primeras etapas del noviazgo», explica Isabel Ortega, responsable del proyecto «Amor en Acción», que busca, a través del lenguaje del cine, «formar a las parejas de novios, guiados por profesionales del mundo de la psicología, la pedagogía, el cine y otras ciencias sociales». Hace apenas un año que comenzaron y por sus cursos ya han pasado más de 50 parejas, que incluso han escrito sus propios guiones y han filmado un corto.
Su página web www.giftandtask.org cuenta con testimonios en vídeo de parejas que relatan su enriquecedora experiencia con vistas al futuro.

Sanar los matrimonios de problemas de control y confianza

Entrevista con el psiquiatra católico Richard Fitzgibbons

WEST CONSHOHOCKEN, 9 de febrero de 2010. – Muchos matrimonios y familias de hoy se ven afectados por problemas de control y confianza, afirma Richard Fitzgibbons, pero gracias a los sacramentos y a la práctica de la virtud estos problemas pueden superarse.

Este ha sido el tema de un reciente encuentro en web de una serie patrocinada por el Institute for Marital Healing, que ofrece recursos para parejas, consejeros y clero sobre temas de paternidad, edad adulta, vida familiar y matrimonio.

Fitzgibbons, director del instituto, ha trabajado con miles de parejas y ha hablado y escrito extensamente sobre estos temas. En el 2008, fue nombrado también consultor de la Congregación del Clero de la Santa Sede.

En esta entrevista con ZENIT, Fitzgibbons habla sobre las causas modernas de los problemas de confianza, la distinción entre ser fuerte y ser controlador, y las virtudes particulares que proporcionan un antídoto a estos problemas.

- Usted menciona que la sección más popular de su página web es la dedicada al esposo o esposa o al familiar controlador. ¿Por qué cree usted que hay tanto interés en este tema?

Fitzgibbons: Contábamos con que el capítulos visitado con más frecuencia fuera la de la esposa o familiar enfadado y, al inicio, nos sorprendimos por la respuesta del capítulo del esposo o esposa controlador.

Tras pensar y rezar sobre este interés, llegué a una comprensión más profunda de los graves factores personales y culturales que están contribuyendo a una tendencia a dominar o a no confiar en los demás, algo que da como resultado la necesidad de controlar.

-¿Podría describir brevemente las características de una persona controladora?

Fitzgibbons: La peor debilidad de carácter en una persona que cae en la tendencia a controlar, y todos nosotros podemos caer en ocasiones, es tratar al esposo o a la esposa, que es un gran don de Dios, con falta de respeto.

La persona controladora se vuelca hacia sí misma y de tal forma que no puede ver la bondad de su esposo o esposa.

La otra gran debilidad es dejarse llevar con rapidez y en exceso por la cólera. Los esposos y familiares controladores son también irritables y suelen estar tristes porque, de hecho, no es posible controlar a nadie dado que tenemos una dignidad y un vigor como hijos de Dios.

Finalmente, las tendencias controladoras dañan la entrega sana y cariñosa en el matrimonio y refuerzan el egoísmo, una de las principales causas de los comportamientos controladores.

-¿Qué daño pueden causar los esposos o familiares controladores?

Fitzgibbons: Los comportamientos controladores dañan la amistad matrimonial, el amor romántico y amor prometido, tres áreas esenciales de la entrega matrimonial que Juan Pablo II describe en “Amor y Responsabilidad”.

La falta de respeto lleva al otro esposo a sentirse triste, enfadado, desconfiado e inseguro. A no ser que este conflicto se trate de modo adecuado y correcto, pueden desarrollarse graves conflictos, incluyendo la depresión, problemas de ansiedad, abusos graves, infidelidad, y separación y divorcio.

-En nuestra rápida sociedad, en que se exige a la gente que controle y domine tantos aspectos de sus vidas – economía, salud, trabajo, familia, etc. -, ¿una naturaleza controladora no es más una ventaja, incluso una necesidad para sobrevivir? ¿Ve usted algo positivo en este tipo de personalidad?

Fitzgibbons: Sí, la confianza y el vigor son rasgos sanos en la personalidad que nos permiten responder a tantos desafíos en el gran sacramento del matrimonio y en la vida familiar.

Sin embargo, es necesario el crecimiento diario en las virtudes de manera que un esposo no puede cruzar la línea porque tenga estas cualidades y convertirse así en controlador.

Las virtudes que son esenciales para equilibrar el don de la fortaleza son la amabilidad, la humildad, la mansedumbre, el autocontrol y la fe.

Una de las metas del matrimonio es la fortaleza y la confianza, pero no el control. Animo a muchos maridos fuertes a rezar a san Pedro para que les proteja para que no sean líderes controladores de su hogar.

-Usted indica que, en el corazón de una personalidad controladora, suele haber problemas de confianza. ¿Podría ampliar esto?

Fitzgibbons: Una importante causa de la tendencia a controlar o dominar es el haber dañado en la niñez la capacidad de una persona para confiar o sentirse seguro.

Después, los esposos pueden dejarse llevar de manera inconsciente por el miedo hasta una forma de actuar controladora, es decir, sólo se sienten seguros cuando tienen el control, algo que por supuesto nunca tendrán. En el pasado los conflictos de la infancia comunes eran alcoholismo, los enfrentamientos entre los padres y la experiencia de un progenitor controlador.

Las causas más recientes de graves daños a la confianza durante la infancia son la cultura del divorcio, la guardería, y la epidemia de egoísmo en los padres debida en gran parte a una mentalidad anticonceptiva. Además, los hombres inseguros asumen comportamientos controladores en un intento de alentar su confianza masculina. En los adultos jóvenes la cultura de las relaciones diversas también dañar gravemente su capacidad de confiar sin que se den cuenta.

Finalmente, en el Catecismo de la Iglesia Católica se describe un factor espiritual importante que no debería pasarse por alto: “Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura” (No. 1606).

-¿Cómo puede una persona comenzar a afrontar estos temas, y cambiar su naturaleza controladora? ¿Cómo puede alguien ayudar a alguien a quien se ama y que puede ser controlador?

Fitzgibbons: El primer paso es la necesidad de destapar esta grave debilidad matrimonial.

Si los esposos confiasen en Dios más en sus matrimonios, no temerían enfrentarse a esta dificultad y pedir cambiar.

El necesario cambio puede tener lugar por un compromiso para crecer en confianza en Dios y en la propia esposa o esposo, por un proceso de perdón hacia quienes, en la infancia, dañaron la confianza, por una decisión para parar los repetidos comportamientos controladores de un padre, por la meditación regular sobre el hecho de que Dios lleva el control, y por el crecimiento en numerosas virtudes entre las que se incluyen el respeto, la fe, la amabilidad, la humildad, la magnanimidad y el amor.

El papel de la fe puede ser muy eficaz para afrontar esta grave debilidad de carácter. Hemos visto notables mejoras en la lucha contra esta dañina debilidad de carácter a través de la gracia en el sacramento de la reconciliación. Animamos a las parejas católicas controladoras a buscar la cura en este poderoso sacramento.

Además, las esposas controladoras se pueden beneficiar de profundizar en su relación con Nuestra Señora, de volverse hacia ella como modelo y adquiriendo sus virtudes descritas por San Luis de Monfort en “La Verdadera Devoción a la Bienaventurada Virgen”.

A los maridos controladores les beneficiará el meditar sobre san José y pedirle que les ayude a ser amables, protectores, sensibles, líderes entregados y alegres en sus matrimonios y familias.

-Como psiquiatra, ¿cuándo sugeriría que se busque ayuda externa, de un sacerdote o consejero, para curar las heridas emocionales de una persona?

Fitzgibbons: Recomiendo ir a un sacerdote antes de ir a un consejero porque demasiados profesionales de la salud mental apoyan la actual cultura de egoísmo.

Brad Wilcox, un joven sociólogo católico de la Universidad de Virginia, ha escrito sobre la influencia del campo de la salud mental en el matrimonio: “El centrarse la revolución psicológica en la realización individual y en el crecimiento personal ha dado como resultado que el matrimonio sea visto como un vehículo para una ética orientada hacia uno mismo, una ética del romance, la intimidad y la realización”.

“En esta nueva postura psicológica hacia la vida matrimonial, la obligación primaria de uno no es hacia la propia familia sino hacia uno mismo; de ahí que el éxito matrimonial se haya definido no como el cumplir con éxito las obligaciones hacia la esposa o esposo y hacia los hijos sino como una sensación fuerte de alegría subjetiva en el matrimonio – que se encontraría en y a través de una relación intensa y emocional con la esposa o el esposo”.

Creemos que un compromiso sincero de cada uno de los esposos por crecer en el conocimiento de sí mimos y en las virtudes puede resolver el conflicto de un esposo controlador sin la necesidad de una terapia matrimonial. No obstante, están disponibles nuevas fuentes de referencia matrimonial, fieles a las enseñanzas de Cristo, en las páginas webs de Catholic Therapist y Catholic Psychotherapy.

La intercesión de Nuestra Señora en Caná llevó al primer milagro del Señor de llevar más alegría a un joven matrimonio. Animamos a las parejas católicas a luchar contra los conflictos de control y egoísmo dirigiéndose a ella para otro milagro en sus matrimonios.

martes, 2 de febrero de 2010

Encuentro de Familias 12-14 febrero 2010, Monasterio de la Trinidad (Muchamiel, Alicante)

ENCUENTRO DE FAMILIAS
“¿Por qué los hijos abandonan la fe cuando entran en la adolescencia?”
FECHA: Viernes 12 febrero al domingo 14 febrero 2010.
LUGAR: Monasterio de la Trinidad (Muchamiel, Alicante)

Para los padres, nada es más doloroso que cuando nuestros hijos adolescentes se vuelven hijos pródigos – cuando deciden vivir alejados de Dios y a veces hasta sin Él. ¿En que hemos fallado, si nuestros hijos han venido con nosotros siempre a misa cada domingo? Podemos experimentar depresión, tristeza, ira y temor por su bienestar.

Lo primero que necesitamos hacer es volvernos a Dios en busca de apoyo, sabiduría, consuelo y fortaleza. No estamos solos, y Él comprende nuestras emociones. Él sabe lo que se siente al ver a sus hijos apartarse de la luz. De ahí que el tema escogido para trabajar este próximo encuentro de familias sea: “¿Por qué nuestros hijos abandonan la fe cuando entran en la adolescencia?

Queremos que este encuentro de familias sea un espacio oportuno para reflexionar, aprender, orar, … sobre todos aquellos aspectos que han hecho alejarse a nuestros hijos de la fe, y ver que herramientas de Sabiduría nos ofrece la Familia de Nazaret para esperar pacientemente con los brazos abiertos el regreso de nuestros hijos a la Luz

Con este deseo, quedas convocado junto a toda tu familia a la participación del próximo encuentro de familias que se celebrará D.m. el fin de semana del 12 al 14 de febrero en el Monasterio de la Trinidad (Muchamiel, Alicante)

domingo, 20 de diciembre de 2009